Los vivos y los tontos
Fabio Gadea MantillaQuerida Nicaragua: Al parecer el círculo de serviles que rodea a la pareja presidencial ha creído que el pueblo nicaragüense va a tragarse el lamido argumento de que la Corte Suprema de Justicia dejó sin valor el artículo 147 porque viola el principio de la igualdad. Todos sabemos que al no poder conseguir el orteguismo los votos necesarios para una reforma constitucional que suprimiera la prohibición de reelegir a don Daniel, los “genios” inventaron declarar inconstitucional a la propia Constitución y abrir un camino escabroso y fatal para que don Daniel continúe gobernando y ellos, los serviles, recibiendo sus salarios, prebendas, viajes de placer, concesiones, camionetonas, combustible, etc.
Todos conocemos el artículo 147 que prohíbe la reelección del presidente que esté en funciones y además que haya ocupado ese cargo durante dos períodos. El pueblo nicaragüense conoce que esa postulación de don Daniel es ilegal, ilegítima, anticonstitucional, sin embargo los serviles encuentran siempre la justificación que les permita continuar en sus curules unos, en sus magistraturas otros, en sus cargos prebendarios los más.
El orteguismo y sus serviles se creen muy vivos y además creen que el pueblo nicaragüense es tonto y que se va a tragar semejante vivianada.
¿Y qué podemos hacer? Se preguntan algunos. Luchar, es la respuesta, protestar, no dejar solos a unos cuantos jóvenes que se atreven a rodear a los cómplices del Consejo Supremo Electoral. Luchar pensando en que toda reelección, lo dice la historia nuestra, ha conducido a una guerra, a un golpe de estado, a una serie de privaciones y sufrimientos de nuestro pueblo.
Los perversos triunfan donde los buenos no hacen nada, o lo que es lo mismo, la culpa no es de los que se equivocan, la culpa es de los ausentes. No hay que dejar solos a organismos como el Movimiento por Nicaragua, Hagamos Democracia, Ipade, Comisión Permanente de Derechos Humanos y todos aquellos que buscan cómo salvar a Nicaragua de las garras de una nueva dictadura. No hay que dejar solos a los buenos políticos que tienen capacidad para cambiar la nación y convertirla en un país diferente, sin prebendas ni regalías para los partidarios, sin CPC que impidan que el ciudadano obtenga su cédula si no pertenece al orteguismo. Que nos dé vergüenza permitir que una pandilla de facinerosos nos esté poniendo sobre la nuca el yugo de la ignominia y la vergüenza.
Ningún individuo tiene derecho de querer hacerse el dueño de la nación y gobernarla eternamente. Ya tuvimos suficiente de esto en las dictaduras que hemos padecido y que nos han dejado ruina, dolor, lágrimas y pobreza en abundancia.
Nosotros no somos tontos, ni tarados, ni retardados mentales para estar creyendo en las leguleyadas de la Corte Suprema de Justicia, no somos idiotas para estar creyendo en los mensajes mentirosos del orteguismo hablando de maravillosos hospitales, de abundancia de medicinas, de educación gratuita y de calidad cuando estamos viendo el desastre de la salud y la educación.
Veamos el futuro y tratemos de luchar contra el mal. Necesitamos un gobierno que cambie toda la podredumbre de la corrupción existente y que se ha hecho pública en los días recientes. Necesitamos un gobierno que tenga compasión de este pobre pueblo, un gobierno honrado que escoja igualmente funcionarios honrados y probos. Luchemos por ganar en las urnas ese nuevo gobierno que no tenga preferencias partidarias sino que sea un gobierno para todos y para todas.
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