jueves, 19 de agosto de 2010

Obama se vuelca en la campaña electoral

Washington -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, culminó ayer una gira de tres días por cinco Estados del país, para recaudar fondos a favor de diversos candidatos demócratas que se enfrentan este mes de agosto a unas primarias en las que se decidirá quién acudirá a las urnas en las elecciones al Congreso de noviembre.

Cuando quedan solo 11 semanas para que los estadounidenses renueven todos los escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado y elijan a 34 gobernadores, Obama ha decidido tomar la iniciativa. Pero, con la mayoría de las encuestas a favor de los republicanos y la popularidad de Obama en un mínimo histórico, algunos demócratas han tratado de distanciarse del presidente para poder ganar votos.

Ayer, el presidente comenzó su jornada con una visita a la familia Weithman, de Columbus (Ohio), cuyo padre es copropietario de una pequeña empresa constructora que evitó el cierre gracias a una serie de ayudas federales. Posteriormente participó en un acto de recaudación de fondos para el gobernador de Ohio, Ted Strickland, que se juega la reelección este año.

Por la noche (madrugada en España) tenía previsto acudir a una recepción del Partido Demócrata de Florida, en Miami. Tanto Ohio como Florida, así como los Estados que visitó el presidente el lunes (Washington, California y Wisconsin), vota-ron por él en las pasadas elecciones presidenciales de 2008. Sin embargo, dos años después, las encuestas demuestran que el favor popular puede haberse alejado del Partido Demócrata, en vista de la lenta recuperación económica y de la polémica reforma sanitaria aprobada este año por el Congreso con el apoyo de Obama.

Según una reciente encuesta de intención de voto de Rasmussen, los candidatos republicanos aventajan a los demócratas en 12 puntos: un 48% del electorado votaría por ellos frente al 36%, que lo haría por los demócratas. Según otro sondeo de SurveyUSA, en el bastión demócrata de California la aspirante republicana al Senado Carly Fiorina superaría a la demócrata Barbara Boxer, que ocupa su escaño desde 1993, por un 5% de votos. En Ohio, el demócrata Strickland perdería en este momento la reelección frente al republicano John Kasich por nueve puntos.

Por su parte, el presidente se enfrenta a las reticencias de los propios candidatos demócratas que ahora se presentan a las primarias en su partido. Estos recelan del apoyo de un presidente que ha llegado a un mínimo histórico en sus niveles de popularidad. Según Gallup, solo un 42% aprueba la labor de Obama como presidente. Otro dato revelador es que, ahora, son más los que rechazan esa labor que los que la consideran positiva: un 51%, la mayoría del electorado, desaprueba sus gestiones de gobierno.

A un año y medio de su toma de posesión, cuando disfrutaba de una popularidad del 67%, Obama se ha visto obligado a explicarle a la nación, mitin a mitin, qué es lo que está haciendo su Administración por ella. "El presidente está defendiendo ante la ciudadanía estadounidense qué políticas ha acometido para hacer de nuestro país un lugar más seguro", dijo el lunes su portavoz, Bill Burton, en conferencia de prensa a bordo del avión Air Force One. "En calidad de líder del Partido Demócrata y de presidente de EE UU debe acudir a explicarle esas cosas a la ciudadanía".

Algunos candidatos, sin embargo, se han distanciado de ese apoyo. Es el caso de Harry Reid, de Nevada, líder de la mayoría demócrata en el Senado. Este año se enfrenta a su cuarta reelección. Según la última encuesta de Rasmussen, está empatado con su contrincante, Sharon Angle, la candidata republicana auspiciada por el movimiento ultra del Tea Party. Cuando Obama defendió, la semana pasada, el derecho de una organización musulmana a construir una mezquita cerca de la zona cero de Nueva York, Reid se desmarcó de él.

Como muchos republicanos, asumiendo el mismo argumento de líderes conservadores como Sarah Palin o Rudolph Giuliani, Reid dijo, a través de un portavoz, que aunque constitucionalmente se pueda construir esa mezquita, el sentido común lo desaconseja: "La primera enmienda protege la libertad religiosa. El senador Reid la respeta, pero esa mezquita debería construirse en otro lugar".

Convicción personal

Los asesores de Obama reconocen que el presidente entró en la polémica por una convicción personal, y sin tener en cuenta las consecuencias políticas que puedan tener esas declaraciones sobre los miembros de su partido que se juegan sus escaños en noviembre. "El presidente no tomó esta decisión por razones políticas", explicó Burton en rueda de prensa el martes. "Habló sobre ello porque se siente con la obligación de hacerlo como presidente".

De hecho, ayer mismo, durante un acto político celebrado en el Estado de Ohio, Barack Obama afirmó que no se arrepentía de haberse mostrado, el pasado viernes, a favor de la construcción de la mezquita cerca de la zona cero, informa Reuters.

Las dudas sobre Obama en el Partido Demócrata han sido, en algunos casos, clamorosas. El candidato demócrata de Indiana Joe Donnelly ha llegado a publicar un anuncio con imágenes de Obama en el que asegura: "No trabajo para él". Ante casos como este, ha tenido que intervenir el propio presidente del partido, el ex gobernador de Virginia Tim Kaine, quien declaró la semana pasadaen una entrevista en el canal Fox News: "Creo que esos demócratas que tienen miedo de ser quienes son y que reniegan de sus líderes... creo que están locos".

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