domingo, 22 de agosto de 2010

La nueva guerra de Chávez y los medios

CARACAS
La morgue central de Caracas amaneció hoy acordonada, como la escena de un crimen. La policía científica redobló la vigilancia del lugar. El motivo: impedir la llegada de una manifestación de reporteros, que con una delegación del Colegio Nacional de Periodistas al frente, acudiría a exigir el acceso a los datos y fuentes oficiales que les han sido vedados desde 2003 en la cobertura de sucesos.

Para el Gobierno de Venezuela, la publicación de noticias sobre criminalidad constituye un problema de seguridad y salud pública tanto o más grave que la violencia callejera, que se ha cobrado la vida de más de 19.000 personas en 2009 y mantiene repleta la morgue de la capital. Esa ha sido razón suficiente para que, ahora, en plena campaña para las elecciones parlamentarias de septiembre próximo, los medios de comunicación vuelvan a estar en la mira de la revolución bolivariana.

El pasado martes, un tribunal de menores prohibió al diario El Nacional de Caracas publicar noticias de violencia que pudiesen "alterar el bienestar psicológico de niños, niñas y adolescentes". Se refería el juez a "imágenes, informaciones y publicidad de cualquier tipo, con contenido de sangre, armas, mensajes de terror, agresión física, que utilicen contenidos de guerra y mensajes sobre muertes y decesos".

La medida se hizo parcialmente extensiva al resto de los medios impresos, que durante un mes deberán "abstenerse" de publicar imágenes con las mismas características. Al siguiente día, las páginas de sucesos de El Nacional y las fotografías de portada se publicaron en blanco, con un aviso en letras rojas: "Censurado".

Antes de la prohibición judicial, la Fiscalía General de Venezuela había abierto una investigación penal contra El Nacional por desplegar, en su primera página del 13 de agosto, una fotografía del interior de la morgue central de Caracas. La imagen fue captada en diciembre de 2009, según se leía en el pie de foto, y mostraba a más de una decena de cadáveres desnudos y ensangrentados, unos tirados en el piso y otros apretujados, de dos en dos, sobre camillas metálicas. En páginas internas, un reportaje denunciaba que más de 5.000 venezolanos habían sido asesinados en lo que va de 2010.

"Entonces el problema es la foto. El problema no es el de los 16.000 homicidios anuales, 95% de los cuales permanecen impunes", escribió en su editorial del lunes 16 de agosto Teodoro Petkoff, director del diario TalCual, que, en solidaridad con El Nacional, publicó en portada la polémica imagen de la morgue. Fue así como la Defensoría del Pueblo ordenó otra investigación penal contra TalCual, uno de los medios más críticos de la gestión de Gobierno. Ya en 2007, un tribunal de menores sancionó a este diario con una multa de 18.600 dólares (14.600 euros) por publicar un editorial humorístico que "violó el honor, la reputación y la vida privada" de la hija menor del presidente Hugo Chávez.

Según las cifras extraoficiales que manejaban los medios y las ONG hasta ahora, la tasa de muertes violentas en Venezuela era de 70 por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo. Pero la realidad ha resultado ser peor: un informe oficial del Instituto Nacional de Estadísticas, que se filtró a la prensa este viernes, revela que en el país ocurren anualmente 75 homicidios por cada 100.000 habitantes y que solo en 2009 fueron asesinadas 19.133 personas. Tres veces más que la media latinoamericana (25 homicidios por 100.000 habitantes), el doble que Colombia, sumida en un conflicto armado, y más de nueve veces que México, en plena guerra contra el narcotráfico. Este estudio, realizado entre agosto y noviembre de 2009, es el único informe oficial sobre inseguridad que se ha conocido en Venezuela en los últimos siete años, pues desde 2003 el Gobierno se abstiene de dar cifras de delitos.

Cada venezolano tiene una historia que contar sobre la delincuencia: un robo a mano armada, un asesinato, un secuestro express. Las encuestas también reflejan que más del 80% de la población considera que la inseguridad ciudadana es el mayor problema que afronta el país. De ahí que la criminalidad se haya convertido en un tema central de la campaña para las elecciones legislativas del próximo 26 de septiembre.

El Gobierno ha reconocido los fallos en seguridad, pero cree que los medios exageran con el único propósito de atacar a la revolución. Para Hugo Chávez, las últimas informaciones que se han publicado sobre este asunto buscan "sabotear" los comicios y favorecer a la oposición. "Andan desesperados y por eso generan la reacción del pueblo, que ya se ha acostumbrado a dar sus batallas ante la grosería, ante el atropello, ante la manipulación, ante la pornografía en canales internacionales (...), en pantallas de televisoras venezolanas", ha dicho Chávez, en referencia al conflicto con los medios.

Ante las protestas que ha generado la censura impuesta a los diarios, el mismo tribunal que lleva los casos de El Nacional y TalCual ha decidido "flexibilizar" las medidas iniciales para permitir que El Nacional pueda publicar informaciones escritas sobre sucesos. En el caso de estos dos diarios, la censura sobre las imágenes sigue vigente hasta que terminen los juicios en su contra; para el resto de los medios impresos, la prohibición continúa hasta el 17 de septiembre.

"Ese mes coincide con la campaña electoral. De modo que la intención es la de censurar las noticias atinentes al peor problema que padece el país, según la opinión de los venezolanos, el de la inseguridad", ha escrito Petkoff en su editorial del 19 de agosto. Para el editor, el chavismo aspira a convertir a Venezuela "en un país de avestruces": "que metamos la cabeza en la arena para no enterarnos de lo que ocurre a nuestro alrededor".

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