De repetirse en la elección del seis de noviembre el patrón de votación que ha conservado el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en los últimos veinte años, este mantendría una cuota similar de diputados a la que obtuvo en el 2006: 38 de los 90 ante la Asamblea Nacional y ocho de los veinte ante el Parlamento Centroamericano.
Pero si se mantiene el resultado de las últimas encuestas, que pronostican que el FSLN podría incrementar su techo de votos entre seis y ocho puntos, dicha cuota se podría incrementar hasta en ocho diputados.
ABSTENCIÓN BENEFICIARÍA AL ORTEGUISMO
Además, en la medida en que la abstención se mantenga en el 31 por ciento que registran los resultados de esas encuestas, o si ese porcentaje se incrementa, la cantidad de diputados también crecerá, explica Raúl Obregón, gerente de la firma encuestadora M&R Consultores.
La expresidenta del Consejo Supremo Electoral, Rosa Marina Zelaya, coincide en que el FSLN apuesta por los beneficios que le generarían altos niveles de abstención, ya que la asignación de diputados se hace con base en un cociente electoral. Este se obtiene dividiendo el número de votos válidos que se obtienen entre el número de escaños a repartir entre los partidos que participan.
Las listas de candidatos a diputados que oficializó el FSLN el martes también demuestran que el partido de Gobierno optó por asegurar la reelección de prácticamente la totalidad de sus actuales legisladores. Mientras que a la mayoría de sus aliados los ubicó en lugares donde no tienen asegurada su elección.
Obregón considera que esa podría ser otra estrategia del Frente para obligarlos a salir a la calle a “ganarse el voto”. Con ello garantizaría el incremento del voto duro, un 38 por ciento que el partido sabe que tiene asegurado. “Ellos van a salir con su techo histórico para garantizar la reelección de los actuales. Los nuevos tienen que trabajar para ganarse la elección”, señala Obregón.
Dirigentes sandinistas en reiteradas ocasiones han expresado que en esta elección van “por toda la Asamblea Nacional”. Esa es la única vía que les permitiría concretar las reformas a la Constitución que pretenden. En los últimos cuatro años, a pesar de los esfuerzos, no lograron los 56 votos que la ley exige para aprobar eso cambios.
Sin embargo, Obregón y Zelaya estiman que en las actuales condiciones, con una elección que dividirá el voto en cinco bandas, es prácticamente imposible que el Frente cumpla con ese cometido.
Obregón reitera que, a pesar del buen momento que pasa el FSLN, a lo más que podría llegar es a 46 o 48 diputados en la Asamblea y solo niveles muy altos de abstención le permitirían acercarse a los 56 diputados. “Pero esa posibilidad en este momento no la veo”, dijo.
Zelaya por su parte enfatiza que es imposible que un solo partido obtenga 56 diputados, cuando la división de la oposición diluirá el voto entre cinco opciones. Para la exfuncionaria electoral eso solo sería posible con una polarización extrema entre dos fuerzas como ocurrió en el noventa entre la alianza UNO y el FSLN, que en la actualidad no la vislumbra. O con una abstención excesivamente elevada.
Por ello considera que, a pesar del descrédito del Consejo Supremo Electoral (CSE), la población no puede dejar de votar, aunque crea que se robarán nuevamente la elección, porque la abstención no le hace bien a nadie.
Zelaya reitera que un triunfo arrasador para el Frente también dependerá de la forma en que se lleve el proceso.
LA LISTA, SEGÚN LOS OPOSITORES
Sumisión, relegar a la “vieja guardia” y la evidencia del fraude que pretende perpetrar el Frente Sandinista el próximo 6 de noviembre son algunos de los elementos que perciben diputados opositores al oficialismo a partir de la lista de candidatos a diputados que el partido de Gobierno presentó como oficial el pasado martes.
Para la diputada Mónica Baltodano, del Movimiento por el Rescate al Sandinismo (MRS), la lista refleja una tendencia de poner en un segundo plano a los cuadros históricos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), para lo cual pone figuras nuevas que incluyen, además de militantes que no tienen mayor experiencia en el Legislativo —aunque sí en otros campos—, nombres de personas que provienen del liberalismo y hasta del somocismo, como es el caso de Horacio Brenes, de Matagalpa.
Baltodano reconoce que, a pesar de que cuadros históricos como Jacinto Suárez y Edwin Castro no encabezan la lista de candidatos a diputados, fueron ubicados en posiciones ganadoras.
Dentro de esa lista la parlamentaria destaca la búsqueda de “docilidad” de personas que solo obedezcan los lineamientos partidarios; y si son de las que menos hablan, “mucho mejor”.
“Ellos necesitan dentro de su proceso de privatización del FSLN, les urge eliminar las figuras históricas y construir una correlación orteguista con fuerzas jóvenes o con fuerzas débiles como los aliados, tipo Julia Mena, no tienen ninguna fuerza, no representan nada”, expresó Baltodano, la que agregó que no pueden tampoco generar conflictos internos.
No descarta la utilización de “personas idóneas” para la implementación del fraude. Algo que sí le queda claro a Baltodano es que se eliminaron los mecanismos democráticos en el FSLN para elegir a los candidatos a cargos de elección popular, violentando incluso lo establecido en los estatutos.
PRUEBA DE FRAUDE
El diputado liberal Wilfredo Navarro es del criterio que no hay muchas novedades en las listas sandinistas, pero sí reacomodos. Lo más importante, según él, es que se deja clara la voluntad de implementar un fraude.
Navarro destaca que la prueba del fraude es la ubicación de los cuadros históricos en posiciones como la sexta, séptima, porque pretenden alterar resultados.
Recordó que para las elecciones municipales el FSLN pronosticó que obtendría más de cien alcaldías, lo que logró con el fraude, por lo que no descarta que el lineamiento sea el mismo, para lograr mayoría parlamentaria.
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