SAN BENITO, Guatemala/AP
El presidente Alvaro Colom supervisó este martes a cientos de soldados y policías de Guatemala que, en un poblado selvático en el norte, buscaban casa por casa a los asesinos de 27 jornaleros de una finca ganadera, mientras las escuelas y los negocios cerraron en la aterrada localidad.
Colom llegó a la región para dirigir las operaciones encaminadas a erradicar a los miembros del cartel mexicano de los Zetas, al que las autoridades responsabilizan de la matanza. Ese cartel de las drogas ha ingresado a la provincia norteña del Petén, una zona densamente boscosa junto a la frontera con México."Fue un salvajismo total", dijo Colom hoy a la emisora mexicana MVS Radio.
"Esta pobre gente eran jornaleros. No se encontraron evidencias de armas, sólo eran labriegos que acababan de llegar del oriente del país". Colom indicó que fueron decapitadas 25 de las 27 víctimas del ataque ocurrido entre la noche del sábado y la mañana del domingo, y que la policía investiga si participaron miembros de un grupo de soldados guatemaltecos entrenados en contrainsurgencia, que son llamados los kaibiles.
Las autoridades mexicanas advirtieron en el 2005 que los Zetas estaban reclutando a kaibiles. Colom dijo que tres sobrevivientes ayudan a las autoridades en la búsqueda de los responsables.
Las autoridades del Petén ordenaron el martes la suspensión de todas las clases en el municipio, que incluye a la localidad de San Benito donde ocurrió la matanza. Las calles estaban desiertas y la mayoría de los comercios seguían cerrados.
Un vecino de la población cercana de Santa Elena (cabecera del municipio), dijo hoy que abrió la puerta a los agentes de policía que la noche del lunes allanaban viviendas en busca de sospechosos, cuando desde la calle un pistolero les arrojó una granada."Abrí la puerta y de pronto hubo una explosión", dijo el hombre que se identificó solamente como Diego por miedo a las represalias. "Tengo miedo. La vida se ha vuelto imposible aquí".
Un hombre que fue detenido y otros dos que fueron muertos durante la incursión policial habían llegado a la localidad hace menos de un mes, indicó Diego."No parecían mexicanos, hablaban como nosotros ... nunca los vi armados", agregó.
Colom declaró un estado de emergencia durante un mensaje transmitido al país anoche. El estado de emergencia por lo general le otorga a las fuerzas armadas poderes especiales, entre ellos autorización para arrestar sospechosos sin contar con órdenes de arresto.
El ataque, en una aislada finca ganadera, es una de las peores masacres ocurridas en Guatemala desde que terminó la guerra civil de 36 años en el país centroamericano.
Los hombres armados, que llegaron a la finca, rodearon a los trabajadores y los separaron uno a uno para preguntarles sobre el paradero del dueño de la hacienda y luego matarlos, dijeron sobrevivientes.
Las cabezas cercenadas fueron dejadas dispersas en el pasto. En una de las paredes de la finca apareció un mensaje escrito con la sangre de las víctimas en el que se amenaza al propietario, Otto Salguero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario