domingo, 22 de agosto de 2010

Monseñor Solórzano advierte sobre ingobernabilidad

¡Cuidado!, dice el Obispo de la Diócesis de Granada, monseñor Jorge Solórzano, al referirse a la crisis institucional que atraviesa el país, pero a la vez le pide al Gobierno que no lo tome a mal.

No rechaza la reelección del Presidente Daniel Ortega, pero sugiere volver la mirada a la historia que, según él, es la maestra de la vida.
El domingo pasado usted dijo que al país le espera un profundo caos ¿por qué?
Porque hay peligros de que la institucionalidad del país se pierda, y al estar en peligro la institucionalidad del país, podemos llegar en cierto momento a estar en una profunda crisis. Tenemos crisis en el mundo, crisis moral, de principios, de valores y aquí tenemos crisis política, económica, pero se puede profundizar más la crisis en Nicaragua si se pone en peligro la institucionalidad del país.
¿Por qué hay esa crisis institucional en el país?
Nosotros los obispos fuimos los primeros, después de las elecciones municipales, que hicimos ver a la comunidad que había habido un fraude, irregularidades y violaciones, y eso dejó un malestar en la legalidad, en la institucionalidad del país.

Luego, hemos visto ciertos peligros en la Corte Suprema de Justicia en estos últimos meses, a veces se irrespeta la Constitución del país en algunos artículos; todo eso va minando y va poniendo en peligro la institucionalidad del país.
¿Se refiere a la Sentencia 504 y al Decreto 03-2010?
Sí, pueden ser esos algunos elementos. Es un peligro, no estamos afirmando nada, pero vemos un peligro, amenazas. No estoy afirmando nada porque te tengo que aclarar que yo no soy político, ni soy analista político; yo no puedo entrar al campo de un análisis político, yo soy obispo y te hablo como religioso, desde la ética, desde el Evangelio, desde lo que me dice la gente, de lo que dicen los periódicos y yo hago mi reflexión.

Solamente miro peligros o amenazas a la institucionalidad del país. La destitución de alcaldes… Aquí la Diócesis de Granada comprende Rivas, Granada y Boaco, y yo viví la destitución del alcalde de Boaco. Yo no defiendo a nadie, ni a ningún partido político, pero miré que el proceso que se realizó para destituir al alcalde no fue el debido.

Puede ser que tenga culpa o no tenga culpa, que haya sido bueno sacarlo o no, pero solamente el proceso, la legalidad, eso es lo que hemos visto que muchas veces no se respeta, y eso es lo que pone en peligro la institucionalidad del país. Si no se respeta esa institucionalidad, es el caos, y cada quien comienza a hacer lo que se le antoje. Se pierde la gobernabilidad.
¿Cree que en la CSJ se está respetando el debido proceso?
Yo no puedo entrar en detalles porque no soy experto en leyes. Lo único que miro es que hay una amenaza y yo como pastor le digo ¡cuidado!, porque si siguen en ese camino podemos llegar a un punto donde ya no podremos controlar las cosas, y puede volverse difícil la convivencia o la gobernabilidad entre los nicaragüenses, porque eso implica también que se van cerrando los espacios democráticos, los espacios de las leyes que nos permiten a todos convivir.

Eso nos lleva a que la gente comience a vivir más inconforme y, Dios no quiera, la violencia. Como pastores decimos ¡cuidado!, no quiere decir que estemos a favor o en contra del Gobierno, nosotros queremos la paz, el desarrollo, queremos el bien del pueblo.


Esta aclaración la hacen siempre los obispos que se pronuncian sobre la situación del país; sin embargo, el Gobierno critica fuertemente a algunos jerarcas de la Iglesia Católica por eso, un ejemplo es el caso de monseñor Abelardo Mata. ¿Qué lectura hace de eso?
Probablemente no le gusta. Es que lo toman a mal, (pero) es bueno decirle lo que sentimos en el pueblo. Que no lo tomen a mal, lo toman como que somos enemigos y no, yo no tengo esa intención de cambiar gobierno, de botar gobierno. Es una preocupación porque la gente pobre es la que sufre.

Hace algunos años miré un video futurólogo, que cuenta que hay un hombre que le gustan las carreras en los caminos del campo, en las curvas; entonces, él iba a toda velocidad y cuando entra en una curva viene una mujer caminando y casi se estrella contra la mujer, y la mujer le grita “burro, caballo”, y entonces dice, “esta mujer además de que se me cruza y casi me mato, todavía me grita burro, caballo” y él le contestó “vaca” y siguió, pero en cuanto sale de la curva se da contra un burro y un caballo. O sea, la mujer al gritarle le estaba avisando y él lo tomó como insulto.

Nosotros le avisamos, esa es la misión nuestra. Como la reelección, simplemente mira la historia, qué ha pasado con todos los que se han reelecto en la historia de Nicaragua.


¿Se reforme o no la Constitución, el Presidente Ortega debería reelegirse?
La historia es maestra de la vida, miremos la historia, ¿qué ha pasado con todos los que se han reelecto en la historia de Nicaragua? Al final de esas reelecciones lo que ha sucedido es sangre, violencia, guerra, crímenes.

En la historia de Nicaragua, nunca la reelección nos ha llevado a una paz duradera, a un progreso grande. Que mire a la historia, que es la maestra de la vida. ¿Quién va a sufrir si viene la violencia, si viene una guerra, si vienen situaciones difíciles en Nicaragua? El pueblo es el que va a sufrir.


Volviendo a la crisis en la CSJ ¿Quiénes deberían resolver este problema y cómo? Usted habló de la ética…
La ética es un comportamiento nuevo del hombre, el problema es que está en crisis el hombre mismo, la antropología, los valores, los principios. Tendríamos que educar a nuestro pueblo y tomar conciencia de los valores, de los principios, la moral y la ética.

Eso es lo que realmente puede cambiar al hombre. Cuando en el corazón del hombre cambia y ya no hay odio, resentimiento, venganza y hay un corazón bueno que quiere amar, servir, que quiere el bien de los demás y que no busca su propio interés, Nicaragua crecería increíblemente porque es un país riquísimo, con gente que quiere trabajar. En pocos años seríamos el país más rico de Centroamérica.


¿Cree que en el escenario político de Nicaragua hay una crisis de ética?
Sí. En los políticos hay una crisis tremenda, no encontrás uno o difícilmente hallas uno. Hay una crisis profunda en el mundo de la política, incluso el pueblo llega a pensar que la política es lo más cochino que hay, y no es cierto, el problema son los políticos. En el fondo de la crisis, es que el hombre ha perdido sus valores, sus principios. Aquí no les importa robar, no les importa que se conozca que no están cumpliendo bien con su deber y seguir adelante con tal de tener dinero. El hombre de hoy puede mentir en lo que sea y estar tranquilo.


Ese tipo de acciones que usted atribuye a la falta de ética, son las que se le achacan al ex Presidente Arnoldo Alemán, quien ahora se está postulando de nuevo a la Presidencia. ¿Debería él intentar de nuevo ser Presidente de Nicaragua?
Yo no puedo acusar a nadie porque no tengo las pruebas, si no tengo pruebas no puedo decir ese es ladrón. Yo hablo de los principios del hombre, de los que han gobernando el país.

Según las estadísticas y según veo en el pueblo, el pueblo está más fregado. El nivel de pobreza se mantiene, incluso ha aumentado, y eso indica que hay malas políticas hacia el desarrollo y que no hay un verdadero interés, que las personas más bien han trabajado para sí mismas.

Lo que yo quisiera es que hubiera un hombre, una mujer, o un grupo en Nicaragua que sacara adelante al país. Ese principio, ese deseo, ese valor es el que falta.

Aquí lo que quieren es llegar a ser diputados, alcaldes o presidente para enriquecerse; entonces, todo el que llegue a un cargo es solamente para enriquecerse él y su familia.

Por mi parte rezo todos los días para que en Nicaragua pueda surgir realmente alguien que no le robe a Nicaragua, sino que le dé a Nicaragua un verdadero desarrollo.


¿Y ese alguien no lo ve en ninguna de estas personas que hasta el momento se mencionan?
Faltan los líderes, pero se puede hallar un líder que diga el pueblo ‘este sí’. No identifico a ninguno hasta el momento, que diga “este hombre, sí es el hombre” o “ésta es la mujer”.


En este sentido de buscar a un candidato de consenso, una parte de la oposición está organizando unas elecciones primarias interpartidarias ¿Cree que esto se vaya a dar?
La unión hace la fuerza…y puede ser, pero es difícil. En política dicen que hasta los ríos se regresan, pero hasta el momento es difícil porque dominan los intereses políticos, los intereses personales y los intereses partidarios, y los políticos tienen sus buenos amarres.

Me parece que las personas cuando prueban un poco el poder, les entra como un gusanito del poder que después no quieren soltar. Eso no los deja unirse, ese es el punto, nadie quiere dar su parte. Entonces no hay sinceridad, no hay transparencia, el otro quiere que deje su parte para agarrarla yo y tener más poder.


El domingo también se preguntó “¿Cómo vamos a gobernar?” ¿Cómo cree que está gobernando el Presidente Ortega?
No es cómo yo crea, lo que veo son decretos. Hablan de un famoso decretazo, esa es una forma de gobernar, con decretazo. Todos esos proyectos del Gobierno para reducir la pobreza, aunque son maravillosos en papel, no han funcionado, como el Programa Amor, según me dicen sacerdotes y religiosas que dirigen casas de niños que tiene la Iglesia. Del programa Hambre Cero en el Norte no vi muchos resultados. Entonces, las políticas que el Gobierno tiene para reducir la pobreza no han resultado, por eso la pobreza se mantiene. No veo que el Gobierno esté siendo eficaz en sus políticas sociales.


El próximo año es de elecciones presidenciales y todavía se habla del fraude en las municipales de 2008 ¿Teme que se repita el fraude?
Sí, porque están las mismas circunstancias, los mismos actores, (y eso) puede ser peligroso. Están las mismas reglas del juego y las mismas personas, entonces eso ¿qué garantía nos dan, de que no se volverá a repetir igual o peor?

¿Considera que en el ámbito económico, también le espera un caos al país?
El problema que tenemos ahorita en Nicaragua y que tienen los bancos, no es que no hay dinero, sino que hay mucho dinero. Los bancos están llenos de dinero y no hallan qué hacer con el dinero, pero no lo pueden invertir porque los inversionistas tienen miedo, por lo jurídico, por la inestabilidad del país. No saben qué va a pasar en Nicaragua si va a haber reelección, si no va a haber reelección, no se sabe en qué va a parar lo de la Corte Suprema de Justicia.

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