martes, 31 de agosto de 2010

Familia Brito culpa directamente a Hugo Chávez y dice que CIDH no actuó como debía


TOMADO DE EL NACIONAL DE CARACAS
Ángela Brito, la hija del productor agrario venezolano Franklin Brito, fallecido este lunes tras sucesivas huelgas de hambre, responsabilizó hoy "directamente" al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de la muerte de su padre y opinó que la CIDH no actuó "correctamente" en este caso.
En declaraciones telefónicas a la emisora colombiana RCN, Ángela Brito recalcó que su padre, que reclamaba que las autoridades le entregaran títulos legales de una propiedad que le fue expropiada, aunque posteriormente se anuló esa medida, estaba "recluido a la fuerza, contra su voluntad", en el Hospital Militar donde murió.
"Allí estaba preso y empeoró", aseguró.
La hija de Brito subrayó que su padre, de 49 años, era "torturado" en ese hospital de Caracas, donde permanecía desde diciembre pasado por orden judicial, y había pedido en repetidas ocasiones que le dejaran ser atendido por médicos de su confianza sin lograr su propósito.
Según Ángela Brito, su padre, con el que conversaron por última vez el domingo pasado antes de que "colapsara", estaba internado en un "cubículo", un "depósito" de la unidad de cuidados intensivos del hospital, al lado de una salida del aire acondicionado central.
En ese lugar hay "una temperatura de ocho grados centígrados" y "no le dejaban dormir", porque constantemente entraban y salían los médicos, señaló su hija.
Ángela Brito criticó al juez que no autorizó que su padre saliera de ese centro médico y a las autoridades venezolanas que, según dijo, han hecho uso "de todo el poder del Estado contra una familia humilde que no ha tenido activismo político".
También tuvo duras palabras para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que en enero pasado dictó unas medidas cautelares con relación al caso de Franklin Brito que, sostuvo, nunca fueron atendidas por las autoridades de Venezuela.
Mencionó entre esas medidas que se le permitiera ser tratado por médicos de su confianza y recibir visitas. "Ni siquiera permitieron que fuera un sacerdote", dijo Ángela Brito.

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