domingo, 15 de agosto de 2010

Chinchilla cumple hoy sus primeros 100 días

SAN JOSÉ
En medio de una difícil situación económica y política, rodeada de conflictos, la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, cumple este lunes sus primeros cien días de gobierno con pocos logros aunque favorecida, según un sondeo, por la confianza de los electores.
Una encuesta de opinión, publicada la semana pasada, reveló que los costarricenses le asignan una baja nota a su gestión: sólo un 38% la califica de buena o muy buena, aunque el 75% reconoce a la gobernante un fuerte liderazgo.

Chinchilla inició su labor el 8 de mayo pasado con la sombra de un abultado déficit fiscal 5% del Producto Interno Bruto, y con las secuelas aún latentes de la crisis financiera global de los años 2008 y 2009, que produjo una fuerte contracción de la economía.
Esta circunstancia le ha impedido avanzar en el cumplimiento de algunas de sus promesas electorales, como la creación de una red nacional de cuido de niños y adultos mayores, que fue uno de los ejes temáticos de su campaña.
También es la causa de un intenso conflicto con las cuatro universidades públicas del país, que a partir del martes próximo irán a una huelga para exigir un aumento del aporte estatal, en un monto mayor al que el gobierno está dispuesto a conceder.

"Chinchilla ha tratado de no decirlo públicamente para no entrar en conflicto con (el ex presidente) Oscar Arias, pero cada vez es más evidente que el anterior gobierno le dejó las arcas vacías", estimó el analista político Víctor Ramírez.

A la situación fiscal, agrega el analista, se suma la descoordinación entre los miembros de su gabinete y entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, que han dado lugar a situaciones desgastantes.
Una de estas situaciones fue el frustrado intento de los diputados de su Partido de Liberación Nacional (PLN) de casi duplicarse sus salarios a pocos días de haber iniciado labores, lo que provocó un repudio generalizado en el país y obligó a Chinchilla a zanjar el conflicto con una amenaza de veto.
Por otra parte, pese a iniciar su mandato con un decreto que prohíbe cualquier nueva explotación minera en el país, Chinchilla tampoco ha logrado conciliar con el un influyente movimiento ambientalista, que exige liquidar el proyecto de extracción de oro de Crucitas, a cargo de una empresa canadiense en la zona norte, fronteriza con Nicaragua.
"Me preocupa que en temas ambientales como éste, que afectan a la sociedad actual y a las generaciones futuras, no vemos acciones concretas que diferencien el gobierno de Chinchilla del de Oscar Arias, por el contrario, se nota un continuismo", lamentó el abogado ambientalista Alvaro Sagot.
La mandataria ha dicho que cancelar la concesión a esta empresa canadiense tendría para el país un costo financiero demasiado alto: unos 1.700 millones de dólares, según estimaciones oficiales.
No obstante la complejidad de las tareas por delante, Chinchilla aún cuenta con la confianza de los costarricenses en su capacidad de liderazgo, algo que ella misma define como "una buena noticia" y una oportunidad para superar los problemas.
Entre quienes le otorgan el beneficio de la duda figura el líder opositor Ottón Solís, en cuyo criterio es demasiado pronto para juzgar a la primera mujer en llegar a la Presidencia de Costa Rica.
"Si los problemas fueran coyunturales, en tres meses uno debería demandar resultados, pero los problemas son estructurales. Atribuir a este gobierno la falta de resultados es ignorar la naturaleza de los problemas", aseguró Solís.

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