miércoles, 31 de agosto de 2011

Fiscalía acusa a Yazker

MANA
Un hecho inédito en torno al crimen del sacerdote Marlon Ernesto Pupiro García, fue develado ayer por el Ministerio Público, al acusar a Yazker Blandón Torres, el único sospechoso hasta ahora del asesinato, y es que el sacerdote consumió cervezas en el centro recreativo La Borgoña.
Según la acusación presentada por la Fiscalía, el párroco Pupiro llegó a La Borgoña a las 3:15 de la madrugada del pasado sábado 20 de agosto en calidad de cliente.
“La víctima pidió una cerveza, luego la segunda cerveza, cigarros, invitó a gaseosas al mesero Yazker Blandón, al cajero, y pidió la cuenta, refiere la acusación fiscal.
A esa hora de la madrugada solo Blandón y el cajero --quien luego de tomarse la gaseosa se fue a dormir a una hamaca-- eran los únicos que estaban en el local, se indica en el escrito acusatorio.

Sedado con Dormicún
Seguidamente, en la acusación se señala que Blandón, sin que el párroco de la Concepción se diera cuenta, le proporcionó en la segunda cerveza una pastilla de Dormicún, un somnífero de efecto rápido, explicó la fiscal auxiliar, Fabiola Mendoza.
En la extensa acusación, se explica que el sacerdote luego de tomarse la segunda cerveza, se acostó en el asiento trasero de la camioneta donde se quedó dormido, lo que fue aprovechado por Blandón para despojarlo de las llaves de la camioneta y de 1,500 córdobas que llevaba en una billetera.
Una vez que Blandón tomó control de la camioneta se dirigió a La Concepción, luego lo hizo en dirección a la laguna de Venecia, en el lugar conocido como Flor de Pochote, donde lo estranguló y asfixió, dijo la representante del Ministerio Público.
Antes de estrangularlo, Yazker Blandón golpeó en la cabeza, rostro y en la oreja izquierda con una llave metálica al religioso, según la acusación, repitiendo el relato policial.
La Fiscalía respalda su acusación con el testimonio de 40 testigos que ubican al acusado en cada uno de los sitios donde pasó con la camioneta donde llevaba consigo el cadáver del párroco de La Concepción.
Recorrido con el cadáver
Luego, el sospechoso puso el cadáver en el piso de la camioneta entre el asiento delantero y el trasero, comenzado su largo recorrido.
Blandón inició el periplo pasando por Masatepe, luego por el motel “Kassandra”, donde se robó dos cubrecamas y una almohada, posteriormente se dirigió a un parqueo en el barrio “Edgard Lang”, donde dejó la camioneta con el cadáver durante el sábado.
Al anochecer de ese día volvió por la camioneta de Pupiro al parqueo, y se dirigió a una farmacia en Managua, donde compró algodón, mascarillas, guantes y cinta adhesiva.
Después el presunto criminal se dirigió al motel Los Encuentros, donde descansó casi dos horas para luego dirigirse al kilómetro 16 de la Carretera Vieja Managua-León donde dejó abandonado el cadáver del sacerdote.

Silencio glacial
Yazker Blandón Torres, antes y durante la audiencia permaneció imperturbable, guardó silencio, y solo abrió la boca para responder a la jueza Henriette Casco que sí había entendido la explicación sobre los derechos y de los cargos que le imputan.
Ni las múltiples preguntas hechas por los periodistas antes de iniciada la audiencia, ni los concejos que le daban los defensores públicos Róger Sánchez y Reinado Paiz hicieron que el acusado del crimen de un sacerdote rompiera el silencio.GUA

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