WASHINGTON / AP
El senador demócrata Bob Menéndez y su colega republicano Marco Rubio se mostraron hoy poco convencidos de que el candidato de la Casa Blanca a embajador en Nicaragua tenga la firmeza necesaria para responder al presidente Daniel Ortega.
Menéndez y Rubio, quienes encabezan la representación de sus respectivos partidos en el subcomité para el hemisferio occidental, interrogaron insistentemente a Jonathan Farrar durante una audiencia del comité de Relaciones Exteriores que duró una hora y a la que no asistieron otros senadores.
"Si tuviera que votar hoy no votaría a favor. Salgo de la audiencia muy preocupado, realmente no inclinado a apoyar su nominación", dijo Rubio a periodistas al culminar la audiencia. "Estoy muy preocupado, no creo que hizo buen trabajo en La Habana, y no creo que va a hacer buen trabajo en Managua" agregó el senador, refiriéndose al cargo actual de Farrar al frente de la oficina de intereses estadounidenses en la isla comunista.
Según Rubio, Farrar "llegó a la conclusión de que tenía que ser menos agresivo para caerle mejor al gobierno de Cuba, por eso vimos ocasiones en que estaba invitando a oficiales del régimen castrista a la sección de intereses a reunirse con él, pero no invitaba a disidentes, que se han quejado repetidamente de su función".
Rubio preguntó a Farrar si tal como dijo Wikileaks el año pasado, escribió en un cable diplomático que la disidencia cubana es vieja, está dividida por rivalidades mezquinas, concentrada en buscar financiamiento y no dedica demasiado tiempo en organizar una oposición seria al gobierno de la isla. Farrar respondió que no puede comentar documentos filtrados por Wikileaks, acatando una directriz del Departamento de Estado.
Las normas del Senado estadounidense estipulan que la objeción de un miembro basta para impedir la confirmación de un funcionario. Rubio y Menéndez son descendientes de inmigrantes cubanos y son los dos únicos hispanos en el Senado.
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