Elementos hasta el momento no identificados, secuestraron al productor arrocero Francisco Moreno Torres de 93 años, y a su esposa Máxima Ruiz López, de 85, cuando la pareja ingresaba a bordo de su camioneta a la arrocera “Del Valle”, de su propiedad, ubicada a la orilla de la Carretera Panamericana, entre Sébaco y San Isidro.
Aunque la Policía no ha querido brindar informaciones sobre el secuestro de la pareja, se logró conocer que los delincuentes se llevaron a los productores hacia la carretera a León, pero al llegar al lugar conocido como Las Mangas, dejaron en libertad a don Francisco Moreno, quien es originario del departamento de Estelí, pero tiene sus plantíos de arroz en el valle de Sébaco.
Para seguridad de lo que están exigiendo se llevaron en otro vehículo a doña Máxima, a la que hasta el momento de escribir esta nota no habían dejado en libertad, por lo que sus familiares se encuentran preocupados por la suerte que ella puede correr en manos de los secuestradores.
Tropas del Sexto Comando Militar del Ejército de Nicaragua se han movilizado a diferentes zonas donde hay posibilidades de que se hayan trasladado los delincuentes, con el objetivo de formar un cerco y no dejarles lugar a que puedan escapar, si aún se encuentran en la zona.
El jefe del Comando Militar, teniente coronel José Dolores Hernández, está al frente de las tropas que han establecido el centro de operaciones en la Arrocera donde se produjo el secuestro, mientras el comisionado mayor José Ramón Calderón Mena, jefe de la Policía Nacional de Matagalpa, está al frente de las investigaciones, pero no dio declaraciones.
Último alcalde del somocismo
Datos que hemos logrado recabar, señalan que don Francisco Moreno fue el último alcalde en el somocismo, y estaba en el cargo cuando triunfó la revolución sandinista, posteriormente fue concejal por el PLC y delegado departamental de ENEL antes de que la privatizaran. Se ha destacado por ser servicial, por lo que es muy querido por los habitantes del Diamante de Las Segovias.
Algunos trabajadores manifestaron que eran las siete y treinta de la mañana de ayer lunes cuando llegaron los delincuentes. “Todo fue rápido, cuando vimos ya se los estaban llevando”, aseguraron los trabajadores del lugar, donde al único que encerraron en un cuarto con su mujer fue a Silvio Leiva, quien no pudo reconocer a los secuestradores.
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