martes, 2 de noviembre de 2010

Simplemente Gigantes


Arlington, Estados Unidos
Edgar Rentería sentenció otra Serie Mundial con un batazo enorme; esta vez un jonrón de tres carreras en la séptima entrada que les dio a los Gigantes su primer campeonato desde que en 1958 se mudaron a San Francisco.
El jonrón del campocorto colombiano por el jardín central y derecho estableció la diferencia en la victoria 3-1 sobre los Rangers de Texas ayer lunes, en un vibrante duelo de lanzadores entre Tim Lincecum y Cliff Lee.
Lincecum derrotó por segunda vez en la serie a Lee.
Brian Wilson ponchó a Nelson Cruz para sacar el último out.

San Francisco liquidó la serie 4-1 en el corazón de Texas, sin necesidad de llevar de vuelta el Clásico de Otoño al norte de California.
Como franquicia, los Gigantes no se consagraban desde que en 1954 superaron a Cleveland. Entonces, Willie Mays y compañía tenían su feudo en el Polo Grounds de Nueva York.

Lo que luminarias como Barry Bonds, Juan Marichal, Orlando Cepeda y Felipe Alou no pudieron conseguir con el uniforme de los Gigantes, fue conseguido en 2010 por un reparto diverso de protagonistas. Su receta fue el picheo dominante de una rotación de abridores que fue formada por ellos, con Lincecum, Matt Cain, Jonathan Sánchez y Madison Bumgarner.

Bajo la dirección de un manager Bruce Bochy que en el curso de la postemporada casi siempre atinó con sus cambios, San Francisco emergió campeón con gente inesperada como el rejuvenecido Rentería.

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