lunes, 6 de diciembre de 2010

¿QUIEN CAUSA TANTA ALEGRIA? ¡LA CONCEPCION DE MARIA!


La gritería es una fiesta nicaragüense en honor a la Purísima Concepción de María. Esta fiesta se celebra en todos los pueblos y ciudades de Nicaragua (y en los lugares donde la colonia nicaragüense es importante como en Estados Unidos, Costa Rica y El Salvador) teniendo especial relevancia en León de donde es originaria.
Se celebra la noche del 7 de diciembre, víspera de la fiesta católica de la Inmaculada Concepción de María, consiste en recorrer la calles y visitar diferentes altares en honor a la Virgen María, algunos de ellos improvisados en casas particulares, realizando rezos, cánticos y quemando pólvora (echando cohetes pirotécnicos) a la vez que se grita ¿Quién causa tanta alegría? y se responde La Concepción de María. Se reparte a los devotos caña de azúcar, limones, naranjas, cajetas, juguetes, vasos, huevos chimbos (caramelos tradicionales), nacatamales, arroz, etcétera.
Origen
Los misioneros españoles, en particular los franciscanos, trajeron a América la devoción por la Virgen María y su Inmaculada Concepción. En este sentido, un documento de 1673 manifiesta que otro escrito de 1626, que habia sido quemado, hacia referencia que “en fecha anterior” (sin precisar fecha, pero que ciertos historiadores fijan en 1562), don Pedro Alonso Sánchez de Cepeda y Ahumada, hermano de Santa Teresa de Jesús (fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas), llegó a Nicaragua, al puerto de El Realejo (debido a que su barco estaba azotado por una tormenta), en el actual departamento de Chinandega con la imagen de la Virgen en su advocación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, y de allí al pueblo de Tezoatega (hoy El Viejo). Los indígenas de la localidad no querían que se la llevara por lo que don Pedro la dejó allí y se fue del país. Es la Patrona Nacional de Nicaragua.

Hacia mediados del siglo XVIII apareció una misteriosa caja flotando en las aguas del Lago Cocibolca frente a la ciudad de Granada, las lavanderas querían cogerla pero se alejaba cada vez que querían cogerla por lo que llamaron a los frailes franciscanos del Convento de San Francisco para ver el prodigio y al abrirla encontraron una imagen de la Virgen sosteniendo al niño Jesús, con el rótulo: La Purísima Concepción para la ciudad de Granada; según la tradición llegó por el río San Juan en dirección río arriba (o sea contra la corriente) desde el Castillo de la Inmaculada Concepción, que está en las orillas de ese río, en el actual departamento del mismo nombre. Desde entonces es la patrona de dicho municipio.

El origen de esta fiesta, en su versión nicaragüense, se remonta al año 1742 y surgió en la iglesia de San Francisco de la ciudad de León. El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX promulgó la bula Ineffabilis Deus, en la que expuso y definió como “doctrina revelada por Dios y que todos los fieles deben creer firme y constantemente que la Santísima Virgen María fue preservada de toda mancha del pecado original desde el primer instante de su concepción, por gracia y privilegios únicos que le concedió Dios todopoderoso en previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano” con lo que legitimiza el culto mariano.

El 7 de diciembre de 1857 monseñor Gordiano Carranza, desde el atrio de la Iglesia de San Felipe (en León), anima al pueblo a visitar casa por casa y a alzar sus propios altares a la vez de rezar, cantar y gritar a la Virgen. De León la fiesta saltó a Masaya, Managua y a Granada y de allí se extendió por todo el país.
Los cantos

Existen varios cantos de La Purísima de los cuales 4 fueron compuestos por el compositor Alejandro Vega Matus, de Masaya, que son: Salve Azucena Divina, Por eso el cristianismo, Tu gloria tu gloria y Toda Hermosa. La mayoría de los cantos son de la época colonial: ¡Oh Virgen de Concepción!, Salve Virgen bella, Adiós Reina del Cielo, Sagrada Reina del Cielo, Pues concebida, Salve salve cantando a María, Virgencita incomparable, Eres Tú Pastora, Dulces Himnos y el Alabado (que tiene la música de Toda Hermosa). El único canto que no es nicaragüense es Del cielo ha bajado, que a nivel internacional se le conoce como el Ave de Lourdes, que alude a las apariciones de la Virgen en Lourdes, Francia en 1858.

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