Hace tres años las ventas de viviendas eran casi nulas. La Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (Cadur) reportaba en 2008, en plena crisis económica mundial, que numerosos proyectos habitacionales habían frenado su construcción, pues no había demanda. En ese entonces la mayoría de la oferta del sector urbanizador era de casas valoradas en más de 40 mil dólares.
El año pasado, con una oferta de una veintena de proyectos de viviendas de interés social, Cadur reportó la venta de unas 3,200 casas, cantidad que espera aumentar este año.
Alfonso Silva, vicepresidente de Cadur, afirma que en 2008 y 2009 —los años más duros para el sector— el colapso que tuvieron fue por las restricciones bancarias, producto del temor que causó la crisis financiera internacional.
“Prácticamente no había crédito hipotecario, y sin crédito hipotecario y crédito corporativo para el desarrollo de los proyectos... eso provocó la paralización”, recuerda.
Después de varias reuniones, propuestas y foros, se logró que el Estado apoyara el impulso de la vivienda de interés social, lo cual cambió el panorama para ese sector.
Finalmente se logró que el Estado subsidiara las tasas de interés para las casas más baratas. El “techo” para que una vivienda se considerara de interés social pasó de 10 mil a 20 mil dólares. Y el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) dispuso de fondos para que la banca financiara las viviendas con mejores tasas de interés.
A criterio de Silva, “esos tres factores dieron el banderillazo” al sector para iniciar su recuperación.
¿Se podría decir entonces que por la vivienda social es que el sector urbanizador en Nicaragua retomó el impulso?
La vivienda social marca la diferencia, definitivamente. Comienza a mover plata en el segmento de vivienda y eso garantiza que también los otros nichos de mercado recuperen un poco la confianza en la inversión, entonces también la casa cara comienza a moverse. Si no hubiese pasado esto, creo que estaríamos quebrados en la totalidad, hubieran sobrevivido tal vez unas cuantas empresas.
¿Continuará ampliándose la oferta de vivienda social?
Estamos diciendo que debe haber otro mecanismo que lo contempla la Ley (677, Ley de Vivienda Social), de crear proyectos que vayan todavía un poco más hacia abajo. Estamos hablando de casas de 8 mil a 16 mil dólares, segmento que no está cubierto. Nosotros estamos cubriendo casas de entre 15 mil y 25 mil o 30 mil dólares, pero no encontrás en el mercado actualmente casas en 10 mil, 12 mil, 14 mil dólares.
¿Esto se haría con la creación de los bancos de tierra?
Eso es lo que estamos tratando de empujar. Decirle al Gobierno y a las municipalidades que pongan la tierra, pongan la infraestructura y nosotros construimos las casas. Si se logra hacer alianzas de ese tipo, alianzas público-privadas que están previstas en la Ley (677), entonces podemos lograr esto. Otra cosa importante es que la banca quiera meterse a ese segmento, o con mecanismos alternos, incluso nosotros estamos planteando ahora que se puedan crear mecanismos con la empresa privada. La Ley de la Superintendencia (de Bancos) y la Ley de Bancos no prohíbe que empresarios privados podamos ser generadores de hipotecas.
Ustedes están apostando mucho a casas más baratas, pero ¿cómo están manejando el incremento en el precio de los materiales?
Hemos estado explorando varias cosas. Primero, en las Cámaras se han estado promoviendo alianzas comerciales con grandes proveedores, ese ha sido un mecanismo importante para lograr economía de escala.
¿Qué impacto esperan tener con las ferias que impulsan?
El año pasado hicimos dos o tres ferias que fueron eventos aislados comercialmente. Ahora lo que nosotros queremos es justamente provocar una visión distinta. Queremos aprovechar los primeros tres trimestres del año para meter una ofensiva sistemática. Este y el próximo año son los mejores para que la gente adquiera su vivienda.
¿Qué pasó con la normativa de estímulo al crédito hipotecario en la que estaban trabajando?
Se envió una carta oficial a Asobanp (Asociación de bancos Privados de Nicaragua) solicitando una reunión con todos los gerentes generales de los bancos. Esperamos que en estos días respondan.
¿Creen que el nuevo Gobierno que resulte electo en noviembre mantenga la prioridad que se ha dado al tema de la vivienda?
Nosotros hemos apostado a un elemento muy importante, que es la institucionalización de estos programas. Sería una torpeza absoluta del que gane las elecciones cambiar ese programa (de vivienda), me parecería un disparate.
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