sábado, 2 de abril de 2011

OPINION.....No regales tus ojos mientras vivas

Un niño veía encantado la película de indios y vaqueros. De pronto entró un hombre corpulento, de anchas espaldas. Una mujer lo llamó por su nombre, se reconocieron y pasó a sentarse frente al chico. A éste no le quedó más remedio que estarse moviendose de izquierda a derecha para poder ver la película entre la butaca y los hombros del incómodo vecino, que también se movía emocionado. Cuando la frustración del niño se tornó insoportable, protestó: “Oiga, señor, no se mueva tanto. No me deja ver la película”.

La mujer que lo acompañaba respondió en defensa del hombre: “Mira niño, no te preocupes. Si no puedes ver, lo que debes hacer para que no te pierdas la función, es reírte cuando nos veas reír y llorar cuando veas que lloramos”.

Por supuesto no pasa de ser un mal chiste. Pero tal vez hay más gente de lo que pensamos que en lugar de ver en la pantalla de su vida, mira en la de la TV alguna telenovela favorita, y acaba por identificarse con el personaje central, a tal grado que está lista para enojarse cuando éste se enoja, o reír cuando “su personaje” disfruta. Vive así, quizá inconscientemente, una vida prestada en un lugar mágico en que todo finalmente se resolverá con facilidad. Se aleja de este modo de su propia realidad, y como consecuencia deja de hacer cosas para mejorarse a sí misma. Comete un grave pecado contra su propio potencial: dejar de hacer lo necesario para desarrollar su personal y genuino bienestar.

Son como aquellos esclavos, según el relato de Platón, que vivían en una caverna, encadenados, observando engañados los reflejos de la realidad en una pared frente a ellos. No podían levantarse de sus sillas, ni romper las cadenas que los amarraban a esas ficciones. Platón mostraba así, simbólicamente a sus alumnos, que cuando la gente se concreta a ver tan sólo el reflejo de la realidad de lo que otros hacen, actúa de acuerdo a un engaño. Acaba así regalando sus ojos mientras vive, para que otro vea la vida por él. Cae de esta suerte en lo que William James llamaba “imitación”, que acaba siempre en un simbólico suicidio.

La conclusión es clara: “No regales tus ojos mientras vivas”.

LO NEGATIVO: Sufrir y reír la vida ajena.

LO POSITIVO: Vivir nuestra propia vida, y actuar de manera que podamos sentirnos lo más felices posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario