domingo, 17 de julio de 2011

Los soldados hondureños no olvidan la guerra del fotbol


SAN PEDRO SULA, HONDURAS
En la mente de algunos de ellos, los recuerdos comienzan a ser lejanos, las historias son cada vez más difíciles de contar y cada día tienen menos detalles, pero el sentimiento es el mismo para los veteranos catrachos de la guerra entre Honduras y El Salvador de 1969, que siguen entre nosotros como héroes anónimos que defendieron el territorio nacional cuando el país más lo necesitaba.

Los soldados hondureños fueron a la guerra en desventaja, pues los salvadoreños tenían mejor armamento y más logística. Además, muchos de los catrachos ni siquiera sabían a lo que iban. Sin embargo, en el campo de batalla, el miedo se convirtió en coraje y las dudas en convicción, había que pelear por Honduras, por los compatriotas indefensos de la frontera y por evitar el ingreso de las tropas enemigas, y justamente eso hizo el ejército catracho.

Los veteranos, hoy

Los soldados que participaron en la guerra contra El Salvador organizaron a nivel nacional la Asociación de Veteranos de Guerra de Honduras, Asovegueh, que tiene 14 comandos distribuidos en el país.

Éstos tienen sede en Choluteca, Siguatepeque, Danlí, La Esperanza, Lempira, La Ceiba, Santa Bárbara, Santa Rosa de Copán, Yoro, Ocotepeque, Nacaome, Marcala, San Pedro Sula y Tegucigalpa, donde está la mayor cantidad de miembros.

Juan Ramón Madrid Salguero, presidente de Asovegueh en San Pedro Sula, habló sobre la realidad de los soldados que expusieron sus vidas en su lucha por la patria.

“Cuando empezó esta organización tenía entre 6,000 y 7,000 afiliados, pero ya han muerto varios compañeros y actualmente Asovegueh está integrada por 2,769 hombres que pelearon en la guerra de 1969. El Gobierno da una ayuda de 5,500 lempiras mensuales a cada uno de nosotros y lo agradecemos, pero es importante decir que este ingreso es sumamente básico para el veterano, ya que el 98% de los afiliados de la asociación vive y depende de esa pensión, que generalmente es para comida y medicina.

El presidente de la asociación afirmó que algunos veteranos incluso pasan por una situación crítica, por lo que envió un mensaje de agradecimiento y reflexión a las autoridades gubernamentales.

“Tenemos gente que vive en covachas, de arrimados donde familiares y, por qué no decirlo, algunos tal vez están en la calle.

Agradecemos la ayuda que nos dan, pero le pedimos al Presidente de la República y al Congreso Nacional que la aumenten porque simplemente es insuficiente y quisiéramos pasar lo que nos resta de vida de manera digna”, expresó Salguero.

Esta ayuda la comenzaron a recibir los veteranos en el año 2000. Juan Ramón Madrid pide recordar que la pensión no es un gasto permanente del Estado, pues la asociación y el bono tienen por destino desaparecer cuando hayan fallecido todos los veteranos de la guerra de 1969.

“Tenemos un promedio de cinco muertes mensuales en la asociación de veteranos, pero a medida que pasa el tiempo ese número subirá porque cada vez las enfermedades nos irán afectando más.

Incluso hemos analizado que en cinco años sólo quedará el 50 por ciento de los afiliados que ahora hay, y si es así, con el mismo presupuesto que hay podrán mejorar nuestras condiciones de vida”.

Veteranos sin beneficio

Por increíble que parezca, 320 veteranos de guerra no fueron inscritos a tiempo y por esta razón nunca han recibido la pensión del Gobierno. Deben esperar que muera alguno de los veteranos que sí están inscritos para tratar de ocupar su lugar y recibir el beneficio.

“Hay un total aproximado de 320 compañeros de guerra que por una u otra razón no fueron inscritos. Tienen que esperar que se muera alguien para sustituirlo y recibir la pensión, pero no sé por qué razón ahora nos está costando hacer este trámite”, reveló Juan Ramón Madrid.

Sobre el patriotismo

Arnulfo Zúniga Suazo, miembro de Asovegueh, quiso referirse a la falta de patriotismo de la juventud de hoy.
“Con este convulsionado país, así como está, el patriotismo parece estar muy distorsionado.

En el país estamos divididos, ya no estamos unidos como en aquella época. Conservamos un lema, que usamos aquí en nuestro comando. Decimos: unidos en la guerra, hermanos en la paz.

Mantenemos ese espíritu combativo, pero la gente con políticas de izquierda nos adversa”, expresó Zúniga.

El veterano se mostró convencido de que la sociedad necesita patriotismo para cambiar la cara del país, pero que este sentimiento cívico es algo que en los jóvenes se fomenta poco en estos días.

El representante de Asovegueh aprovechó para hacer eco de las palabras del presidente de la asociación y pidió aumentar la pensión que reciben del Gobierno los veteranos de la guerra contra El Salvador, ya que los costos de la vida han subido demasiado.

Actos conmemorativos

El fin de la guerra entre Honduras y El Salvador será conmemorado mañana por las Fuerzas Armadas de Honduras con una misa de campaña en Tegucigalpa.

También habrá un desfile en el Campo de Parada Marte del Primer Batallón de Infantería.

Se espera que participen en los actos afiliados de los catorce comandos de veteranos del país.

Historia de la guerra

La guerra entre los dos países centroamericanos comenzó cuando las tropas salvadoreñas hicieron una ofensiva para ingresar en territorio hondureño.

Oswaldo López Arellano era el gobernante de Honduras y Fidel Sánchez era mandatario de El Salvador.

La causa fue el tradicional conflicto limítrofe entre ambas naciones, que todavía hoy provoca controversias entre estos países. Varias diferencias ya se han resuelto en la Corte Internacional de Justicia.

Las batallas campales tuvieronlugar especialmente en zonas fronterizas, donde soldados salvadoreños y hondureños se enfrentaron fieramente.

A pesar de la corta duración de la guerra, dejó entre 4,000 y 6,000 muertes contabilizados entre soldados y civiles.

Alejandro Bados “El valor individual es el colectivo”

“En el Tercer Batallón de Infantería, nuestros oficiales nos enseñaron que hay hombres con valor individual y este valor individual lo transmitimos al valor colectivo para que nadie, ni el que va con temor de morir, se fuera a correr o tratara de huir. Ese valor colectivo que nos enseñaron nos permitió tener la unidad de combate, con poco armamento y poca munición, porque Honduras no estaba preparada para detener una invasión y aún así respondimos, porque seguimos lo que nos enseñaron y no lo olvidamos mientras estuvimos ahí. Fue nuestra fuerza”.

Josué Mendoza “Iba preparado para lo que Dios deparara”

“Pertenecí al Tercer Batallón de Infantería y mi participación fue exactamente en el pelotón de servicios. Mi misión era logística. Me encargaba de llevar los materiales para el personal que estaba en combate. Para ser sincero, no sentí temor cuando me enviaron a la zona de batalla porque cuando uno sabe a lo que va, ya está como preparado para lo que Dios decida y yo así iba preparado para lo que Dios deparara. Salía del Tercer Batallón como a las diez o las once de la noche y llegaba al lugar de operaciones, donde entregaba lo que llevaba. Ésa fue mi participación”.

Simeón Varela “Me siento orgulloso como soldado”

“Soy veterano de guerra del sexto comando de San Pedro Sula. Salí a la frontera de Ocotepeque el 15 de julio de ese año a las cuatro de la tarde con nuestra compañía Zeta. Después de que entramos en acción, el 16 de julio hubo unos disparos esporádicos nada más. Pero el día que entramos en acción fue el 17 de julio en San Rafael de las Mataras, cuando llegaron 45 camiones llenos de soldados salvadoreños. Venían estrenando equipo moderno de combate, pero como soldado hondureño me siento orgulloso porque de ahí nunca pasaron las tropas salvadoreñas”.

Juan Ramón Madrid “Llorábamos al escuchar el himno”

“Nuestra misión era defender la soberanía nacional. Estábamos muy motivados por los mensajes que se nos hacía llegar por medio de La Prensa o la radio. El Himno Nacional, cuando lo escuchábamos, nos llenaba de motivación y nos hacía hasta derramar lágrimas. Nos sentimos satisfechos por haber participado en aquella ocasión, una gesta histórica para nuestra nación. Hoy, la realidad de los veteranos es que recibimos una ayuda del Gobierno, pero para algunos no es suficiente porque sólo tienen ese ingreso”.

Ángel Murillo “Logramos el objetivo: jamás pasaron”

“Estuve en el Tercer Batallón de Infantería y realmente no sabíamos a qué íbamos en ese momento. Nos informaron a qué frente íbamos y lo entendimos todo hasta que llegamos al conflicto. Hay algunas cosas que ya no se recuerdan tan bien como antes porque ya ha pasado mucho tiempo y hasta ahora comienza uno a querer hacer memoria de lo que vivió en esa guerra. Lo que sí puedo decir es que nos sentimos más que orgullosos, principalmente cuando ya regresamos de esa batalla y logramos el objetivo, que era detener a los soldados salvadoreños”.

Samuel Vásquez “Ahí se ven los hombres valientes”

“En el frente de batalla se ven los hombres que son valientes de verdad. Llevábamos en la mente no dejar pasar a los salvadoreños y eso lo teníamos decidido como por resentimiento. íbamos como enfurecidos y no dejamos pasar a los invasores. Me siento orgulloso de haber sido soldado de ese Tercer Batallón de Infantería porque desde que uno llegaba le decían que nos estaban preparando como soldados para combatir al enemigo y así es. Además nos enseñaron que el enemigo puede ser de afuera o de adentro”.

Juan Alemán “Al final perdimos todo el miedo”

“Llegamos a Nueva Ocotepeque y alguna parte del cuartel se veía quemada porque ya habían caído algunas granadas ahí. Recuerdo que eran como las cinco o seis y salió un avión de los cargueros y desde ahí nos tiraban granadas de mano. Unas reventaban en el aire y otras al caer. Yo tenía una ametralladora calibre 30 automática que agarraba 500 proyectiles y entonces llegó mi teniente y me dijo ‘hay que hacerle h... para que se vaya por lo menos ese avión’. Esa noche no dormimos porque hicimos turnos para estar alertas, pero al final perdimos todo el miedo”.

Ismael Rivera “Estuve 28 días preso en El Salvador”

Participé en el segundo pelotón de la compañía en combate. De esa compañia murieron 44 compañeros, aunque en realidad fueron más porque varios quedaron desaparecidos. Estuve 28 días preso en San Salvador durante la guerra; fueron 58 presos de la zona norte. A los 28 días hicieron un intercambio de prisioneros y nos fue a traer el teniente coronel Policarpo Paz García y al recibirnos se acercó y nos dijo unas palabras que nunca olvidaré: ‘Sean bienvenidos, queridos compañeros de armas, a la tierra que un día los vio nacer’”.

Reynaldo de la Cruz “Dios estuvo con nosotros siempre”

“Quiero nuevamente recordar a mis compañeros, aunque no son recuerdos tan lindos y dulces porque fueron momentos difíciles, pero que todo soldado está expuesto a vivir. Ojalá no se vuelvan a dar esas situaciones. Dios estuvo con nosotros siempre, así como lo está con nuestros compañeros que se nos adelantaron en el viaje y que por sus servicios a la patria murieron. Esperamos que Dios los tenga en su gracia. También quiero reconocer la labor de diario La Prensa durante todo el conflicto de 1969 y hasta este día”.

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