martes, 19 de julio de 2011

La metamorfosis de una celebración nacional


MANAGUA
En los últimos años, las celebraciones por la caída de la dictadura somocista cada 19 de Julio han sufrido una transmutación. Colores vistosos, invocaciones a Dios, poemas y una mujer, han sustituido una conmemoración que solía llenarse de retazos de historia, de homenajes a héroes y de mística guerrillera. Pese a que continúa siendo multitudinario, del acto histórico solo quedaron Daniel Ortega y su discurso antiimperialista.

El debut de Murillo no muy afortunado
Corte de pelo varonil, visera colorida, camisa manga larga, pantalón holgado, chal blanco en el cuello, excesivas prendas en las muñecas y en los dedos, páginas en las manos, temblorosa, bajo un paraguas, pide tímidamente el micrófono. Nadie la ha escuchado hablar ante las multitudes. Es 19 de Julio de 2001, y Rosario Murillo va a hablar.
“No soy más que yo misma y como mí misma, es decir, como mujer, como madre y ante todo como ser humano, me presento aquí ante ustedes…”, dice, pero la gente no está muy interesada en escucharla. Quieren oír a su líder. Más discurso poético. Más palabras. La gente reclama. Ella pide perdón y finalmente se calla. La masa ha vuelto a alegrarse, su líder viene a hablar, pero antes escuchan a Piero, el cantante argentino que los sandinistas trajeron al acto.
Viene Daniel Ortega, el candidato presidencial que por tercera vez consecutiva intenta volver al poder. Promete mantener buenas relaciones con Estados Unidos y con la Iglesia. Se abraza con sus antiguos adversarios, con los miembros de esa coalición que han llamado “Convergencia Nacional”, Agustín Jarquín, Stedman Fagoth, Omar Duarte y Élida María Galeano. Paz y promesas. Este 19 de Julio ha terminado.

Las primeras celebraciones
La celebración del primer aniversario del 19 de Julio fue apoteósica. La mística revolucionaria corría por las calles, y todas las organizaciones partidarias y estatales se avocaron a la organización de este evento. Cuarenta y dos delegaciones extranjeras llegaron al país, sobresaliendo la cubana, encabezada por el expresidente Fidel Castro Ruz.
Aquel día tiraron globos, desfiló el Ejército Popular Sandinista, las Milicias Populares, y, entre otros, el expresidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, dijo unas palabras. “No hacía falta el licor, porque todos estábamos borrachos de alegría”, publicó Barricada.
Un año después, en un acto parecido que celebró la misma gesta, Daniel Ortega leyó una proclama en nombre de la Dirección Nacional del FSLN, y consultó a la gente la reforma agraria.
“Daniel (Ortega) tenía el lugar figurado por definición, porque tenía la delegación del gobierno, y nosotros le delegábamos la representación del partido”, recuerda el comandante Henry Ruiz, hoy alejado del Frente Sandinista.

El caso Tomás Borge
“Con Tomás (Borge) era un problema, siempre quería hablar, siempre quería sacar manteca para ocupar un lugar. Pero, además, había un hecho objetivo, Tomás gozaba de una popularidad en algunos momentos mayor que la de Daniel, y como orador mucho mejor. Se acomodaban esos dos factores, un factor político e institucional y una emoción en el caso de Tomás”, cuenta Ruiz.
Henry Ruiz dice que la organización de estos actos estuvo a cargo del fallecido comandante Carlos Núñez Téllez. Eran celebraciones, agrega, “que mirábamos como jornadas político-culturales, pero también como un acto de masas. Eran actos que tenían una utilidad política, por eso al frente estaba un miembro de la Dirección Nacional, que en el caso de Carlos era también el presidente de la Asamblea Nacional”.


“Durante los 80 y parte de los 90, la celebración tenía un alto contenido de recordación de los sacrificios y heroísmo sobre todo de los que cayeron. Se recordaba la gesta de todo un pueblo que puso fin a la dictadura. También tenía un contenido de esperanza, pues en ese acto siempre se hicieron anuncios importantes de políticas a seguir por la revolución, como la Reforma Agraria, por ejemplo”, anota la comandante guerrillera Mónica Baltodano, quien hace seis años formó un movimiento político aparte.
Según Baltodano, en la década de los 80 “el acto era una actividad envolvente de todas las instituciones y organizaciones”, se formaba un comité integrado por las distintas instituciones y por las organizaciones de masas, y los actos se hacían también en distintos departamentos del país. Al menos dos años el acto se realizó en los departamentos. En 1986 el turno fue de Estelí.
Pero también había atractivos poco revolucionarios. En 1989, por ejemplo, los sandinistas prometieron traer al famoso brasilero José Wieker, intérprete de Roque Santeiro, quien al final no llegó a la plaza. El comandante Jaime Wheelock fue uno de los que habló ese 19 de Julio, y atacó al Cosep y a la prensa opositora.


El Ortega que ha hablado estos últimos años en la Plaza La Fe, parece ser el mismo que en 1984 se dirigía a las masas en la Plaza de la Revolución. Entonces llamó “fariseos” y “sepulcros blanqueados” a los detractores de la revolución. Ese día, 21 cañonazos de fabricación rusa entusiasmaron a la concurrencia.
En 1994 el Frente Sandinista sufrió una división. Tras su congreso anual, algunos de sus miembros históricos formaron el Movimiento de Renovación Sandinista. A partir de ese año, Daniel Ortega se convirtió en la figura principal de cada acto el 19 de Julio, pues desde entonces se erigió como el caudillo de esta organización partidaria.
Como organización política, el Movimiento Renovador Sandinista celebró la fecha hasta 2006, año electoral, cuando el fallecido Herty Lewites era su candidato presidencial. Cuatro años antes, siendo diputado, el expresidente Arnoldo Alemán sugirió que el 19 de Julio dejara de ser un día festivo nacional, pero la iniciativa no prosperó.

Diversas opiniones
Marco Borge es un dibujante de 62 años que cada 19 de Julio reúne a su familia para ir a la Plaza. Oriundo del capitalino barrio Santa Rosa, fue secretario político del Frente Sandinista por mucho tiempo, y le tocó organizar las celebraciones previas al 19.
Para Borge, no hay mayores diferencias entre los actos del 80, del 90 y los celebrados después de 2000, aunque dice que el más emotivo para él fue el de 2007, porque fue el primero realizado después de que Daniel Ortega regresó al poder.
“Ahora los actos son más coloridos, hay más organización, se le da más espacio a la juventud que es el relevos de nosotros, los viejos. El Comandante y la Rosario vuelcan todo su entusiasmo en la juventud”, dice Borge, refiriéndose a las celebraciones organizadas por Rosario Murillo, esposa de Ortega.


A tres cuadras de la casa de Marco Borge vive Ana Coronado, de 42 años, cuya familia fue colaboradora de los guerrilleros sandinistas. Este 18 de julio, como todos los años, participará en la vigilia, y al día siguiente irá con sus dos hijos a la Plaza.
“Ir al acto es recordar a todas las personas que participaron” en la gesta, dice Coronado, quien agrega que la gusta ver cómo la juventud actual participa de la celebración. Sobre las reformas en la organización expresa que “el acto y el mensaje van en dependencia de la coyuntura del país, a veces un tema, a veces otro”.


“No hay cosas perfectas ni gobiernos perfectos, solo el gobierno del Señor”, agrega. Su hermano vive actualmente en Matagalpa, pero frecuenta mucho la capital y no está de acuerdo con Ana. A Juan Manuel Coronado, de 49 años, no le gusta cómo ha cambiado la celebración del 19 de Julio.


“Es demasiado lo que esa señora gasta en flores, ¿ha visto que son naturales? ¡Es un gran gasto! Mejor que ponga un comedor infantil. A mí me gusta que la celebración sea una cosa seria, pero eso colorido no”, dice Juan Manuel Coronado, quien asegura que participó en el repliegue a Masaya, y se atreve a disentir públicamente de Rosario Murillo, la nueva mandamás del partido de gobierno.

Metamorfosis
Rosario Murillo le ha puesto su sello a los actos del 19 de Julio desde 2005. La celebración que en la década de los 80 tuvo como ejes principales a nueve comandantes vestidos de verde olivo, invitados especiales de renombre y música revolucionaria, desde entonces fue sustituida por una actividad seudocatólica, colorida y familiar.


Ese año se conmemoró el XXVI Aniversario de la Revolución Popular Sandinista. Murillo, entonces, con más dominio en la tarima, mandó a adornarla con símbolos religiosos: una iglesia y un altar de la Virgen María. Fue maestra de ceremonia y excluyó las canciones de los hermanos Mejía Godoy.


Pero la sombra de la Iglesia Católica no apareció en la celebración de la que el orteguismo se apropió hasta ese año. En 2003, monseñor Eddy Montenegro bendijo el acto.


“Le pedimos al Señor para que los nicaragüenses reconciliados y dándonos un abrazo de paz podamos construir el futuro, olvidando el pasado y viendo hacia el presente. Tú que eres el Señor de la historia te pedimos que bendigas a Nicaragua y bendigas a todos los nicaragüenses. ¡Así sea!”, dijo Montenegro, entonces Vicario de la Arquidiócesis de Managua, quien pese a que habló poco, permaneció en la tarima durante todo el acto.


Un año después, la figura del cardenal Miguel Obando y Bravo ya era parte de la celebración. El prelado se rehúso a asistir al acto multitudinario, pero ofreció una misa por los muertos en la década de los 80, y le concedió a Daniel Ortega expresar la primera lectura. Era un texto lleno de perdón y de reconciliación.

El estilo “Súper Héroe”
El 19 de Julio de 2006 la celebración fue una mezcla de hípicos con rituales miskitos. Ortega salió de su casa poco antes de las dos de la tarde montado en un caballo blanco cenizo. Vestido de azulón, camisa blanca manga larga y la bandera nacional como capa, al estilo superhéroe, entró a la plaza a las 2:30, y fue presentado por su esposa, quien desde entonces ya había pintado las celebraciones, de rosado chicha principalmente.


Desde entonces, cada 19 de Julio está a prueba la creatividad de Rosario Murillo, quien desplazó a comandantes y a guerrilleros destacados para ubicar en las sillas principales a sus hijos, nietos, nueras y yernos.


“Yo creo que el acto del 19 de Julio, al igual que los actos de conmemoración departamental se han convertido en una celebración privatizada por la actual pareja gobernante, al igual que se privatizó el FSLN, que se ha convertido en una maquinaria electoral al servicio de los intereses de poder de la pareja”, sostiene Mónica Baltodano.


En 2008 ese acto también se convirtió en un lujo. Más de 60 plantas eléctricas fueron alquiladas para garantizar energía ininterrumpida y aire acondicionado en la tarima principal. Del Frente Sandinista que en 1998 tuvo serios problemas para conseguir 20 mil dólares para realizar el acto, no quedó nada.

El karaoke
“Ajúa, ¡qué viva Daniel!”, fueron los gritos de Rosario Murillo en el acto de 2009, cuando la celebración fue convertida en un karaoke, donde los únicos cantantes eran ella y Ortega. Rodeados de altos mandos policiales, militares y de otros invitados, ambos, vestidos de blanco, explotaron de alegría y no dejaron de cantar. Durante pocas ocasiones prestaron el micrófono a la Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, quien estaba a la par de Murillo.

La misa y el arroz con mango
Este año Murillo ya anunció que el acto será una extraña misa. “Dios me perdone si a alguien ofendo, pero eso es. Nosotros vamos a una misa revolucionaria, vamos a cantar, a llenarnos del Dios de los pobres, de amor al prójimo”.
“Ellos están haciendo una reforma que la embadurnan de una ideología extraña porque tiene símbolos contradictorios, unos de la Revolución Francesa, otros de la Revolución de Octubre de 1917, rasgos católicos. Lo embadurnan también con algunas tradiciones judaicas. Eso es un arroz con mango”, dice Henry Ruiz.


La voz de Murillo invita a celebrar el acto, y con su letra se escriben las invitaciones. Stand by me, la afamada canción, ha sustituido al “Siempre será 19, siempre será julio heroico”, que servía de soundtrack en la década de los 80. Y los jóvenes celebran el XXXII aniversario de la Revolución con una exhibición de autos modificados organizada por la Juventud Sandinista.



Cadena nacional de radios y TV “de punta a punta”



* Periodistas bajo control de Gobernación a la Plaza
Leonor Álvarez y Ary Neil Pantoja

Como parte de los preparativos para la celebración de hoy en la Plaza La Fe, se “solicita” la transmisión del evento por “Cadena Nacional de Radio y Televisión” desde las 3 de la tarde hasta el cierre con el himno nacional, según un comunicado firmado por el Presidente Ejecutivo de Telcor.
La comunicación enviada a los medios de televisión y radio, detalla que “encabezará esta transmisión Multinoticias Canal 4 y la Nueva Radio Ya”. Además, “se les solicita que la transmisión salga al aire íntegramente de acuerdo con la señal original”.
Por otra parte, los periodistas nacionales e internacionales que darán cobertura al acto deberán acreditarse hoy, a partir de la una de la tarde, en las oficinas del Ministerio de Gobernación, Mingob, según la convocatoria realizada por el Consejo de Comunicación y Ciudadanía.
“La inscripción y atención a Medios de Comunicación y sus Representantes, se dará en las Oficinas Centrales del Ministerio de Gobernación, desde la 1:00 pm del propio 19 de Julio”, se lee en el texto de la convocatoria hecha por la primera dama y coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo.
De la sede del Ministerio de Gobernación, “los medios inscritos serán trasladados, a la Plaza La Fe para cubrir la celebración”, agrega el escueto texto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario