SAN JOSE COSTA RICA
TOMADO DEL DIARIO LA NACION
Papa, tomate, zanahoria, culantro, lechuga y muchos otros productos agrícolas serán escasos, al menos hasta enero, porque su producción baja como consecuencia del efecto de las lluvias. En Cot de Oreamuno, Cartago, los agricultores se apuraban ayer a cosechar en fincas de papa y cebolla, para evitar que un efecto directo de los aguaceros destruya su producción.
Así lo afirmó ayer el presidente de la Corporación Hortícola Nacional, Geovanny Masís.
La situación no se da por pérdidas totales de plantaciones hortícolas, sino porque los rendimientos caen entre 40% y 60%, según cada caso, resaltó el dirigente.
El exceso de humedad y la baja luminosidad por las pocas horas de sol son las causantes de esta caída en los rendimientos, según la Corporación Hortícola.
Masís advirtió que tanto en Cartago como en Zarcero, las dos mayores zonas hortícolas, no se van a encontrar hectáreas completas arrasadas o perdidas por impacto de los aguaceros. Las plantas permanecen ahí, agregó, pero el problema son los rendimientos finales.
Pérdidas. La Corporación Hortícola estima que en el país hay sembradas unas 10.000 hectáreas con hortalizas de todo tipo.
Se calcula que un promedio real de costo de producción es de ¢3 millones por hectárea, a partir de extremos como que sembrar una hectárea de culantro cuesta un poco más de ¢1 millón y una de tomate alrededor de los ¢8 millones.
Con esos números en la mano, el costo de las 10.000 hectáreas de hortalizas debe rondar los ¢30.000 millones. A partir de aquí, una pérdida por bajo rendimiento del 40% significaría ¢12.000 millones.
Las eventuales pérdidas presentan extremos como la situación en lechuga pues algunas fincas bajarían de una cosecha esperada de 30.000 unidades por hectárea a solo 5.000.
En el caso de la papa, se estima que algunas fincas pasarán de 30 toneladas (30.000 kilos) por hectárea a entre 15 y 18 toneladas por hectárea, calculó ayer Masís.
En tales circunstancias, es de esperar que los precios se comporten al alza en los próximos meses ante la escasez de casi todos los productos hortícolas.
En el caso de los cultivos de ciclo corto (dos meses), como la lechuga, el culantro y otros de denominados de hoja, se estima que el mercado se podrá normalizar de nuevo entre enero y febrero.
El tiempo de espera será mayor para cultivos de un ciclo más largo (cuatro meses), como la papa y la cebolla. En estos casos se prevé una normalización del abastecimiento local hasta finales de febrero o marzo del próximo año.
Esta recuperación de las cosechas y normalización del mercado depende de que se estabilicen las lluvias y vuelvan a las condiciones históricas de invierno.
El impacto de las fuertes lluvias de las últimas semanas se une a los problemas, también por aguaceros, de julio y agosto pasados, por los cuales los horticultores ya habían anunciado caídas en sus rendimientos. En aquella ocasión se estimaron bajas en rendimientos de hasta un 35%. Ahora se teme que suban del 40% y lleguen hasta el 60%.
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